Ordenación y selvicultura actual para Pinus pinaster en Castilla y León

En este apartado vamos a hacer referencia a la ordenación y selvicultura de las masas de pino negral en Castilla y León, analizando, desde tranzones resineros, tramos periódicos y tramos únicos, aquellos parámetros que más repercuten en la gestión: turno o edad de madurez y periodo de regeneración. 

Según datos del tercer Inventario Forestal Nacional, Pinus pinaster es la cuarta especie forestal referido al número total de árboles que existen en Castilla y León, la tercera en cuanto a superficie ocupada, la segunda de mayor volumen maderable y la primera en volumen de cortas realizadas. 

En la Comunidad Autónoma de Castilla y León el pino negral ocupa una superficie de 285.000 ha, con pinares muy extensos en la mayor parte de las provincias; destacan Segovia, con casi 100.000 ha, Ávila, Soria, Burgos y Salamanca. Son de especial valor las masas forestales de pino negral en los arenales del sur del Duero de la Tierra de Pinares que incluye las llanuras de Segovia, Ávila y Valladolid, con una superficie próxima a las 115.000 ha.

Distribución de las masas de pino negral en Castilla y León (Gil y Torre, 2007).

La tendencia de gestión se basa en la generalización de ejecución de claras, optimización de las labores selvícolas con preselección de árboles de porvenir, realización de podas altas, establecimiento de masas selectas y rodales semilleros (dada la calidad de sus masas y su posible amplio uso en repoblaciones), potenciación de la regeneración natural, integración progresiva de conceptos como el paisaje o la biodiversidad, etc. 

La gestión de estas masas, resinadas hasta los años setenta, ha evolucionado hacia el aprovechamiento maderero principal, apoyado en la alta calidad relativa de su madera, similar en algunos casos a la de silvestre de la zona. En la siguiente tabla se recoge la selvicultura a aplicar a estas masas en función de su calidad de estación:

Selvicultura de Pinus pinaster en función de las calidades de estación (Rodríguez et al., 2008).

Tanto en los tramos regenerados de forma natural, como en los procedentes de siembra, serán necesarios clareos y podas, con desbroces donde sea necesario, a los 15-20 años de edad. Con ello se reducirá la elevada densidad inicial por debajo de los 2.500 pies/ha. En casos puntuales, cuando se parta de regenerados anormalmente densos, puede ser necesaria otra intervención temprana (6-10 años). 

A los 30-35 años, según calidades, podría ejecutarse la primera clara, de tipo mixto, que incida sobre pies dominados, codominantes e incluso algún dominante. Simultáneamente, o antes de la segunda clara, debería realizarse una poda alta, hasta 5,5 m, de 400-500 árboles/ha. A partir de ahí, se debería continuar con claras cada 3 m de crecimiento de la altura dominante de las masas. Para la fase de cortas de regeneración se intentará dejar en torno a 400 pies/ha. 

Las cortas de regeneración aplicadas son mediante aclareo sucesivo uniforme partiendo de una densidad inicial próxima a los 200 pies/ha o superior para calidades de estación más bajas. En el año 1 se realiza la primera corta preparatoria con un peso del 35-40% de los pies presentes. La segunda corta aclaratoria, en función de la instalación y del estado de desarrollo del regenerado se realizará a los 8-10 años de la primera, sobre el 40-50% de los pies. La corta final con reserva de árboles padre se realizará pocos años antes de la finalización del periodo de regeneración, con el objeto de mantener entre 20-40 pies padre/ha. 

Los turnos o edades manejados en la actualidad son de 80-100 años, con periodos de regeneración próximos a los 20 años.


Documentación de interés


En este apartado destacamos dos publicaciones que consideramos de interés sobre la ordenación y selvicultura de las masas de Pinus pinaster:

  • Ordenación de montes arbolados (Madrigal, 2003). En este libro se describen métodos de ordenación específicos para este tipo de masas.
  • Instrucciones Generales para la Ordenación de Montes Arbolados en Castilla y León (IGOMA), aprobadas por el Decreto 104/1999, de 12 de mayo de 1999, de la Junta de Castilla y León. En su artículo 59 se describen los métodos de evaluación de existencias para pinares resineros, mientras que los artículos 173-176 tratan sobre los métodos de ordenación aplicables a dichas masas.


BIBLIOGRAFÍA


Gil, L., Torre, M. (ed.). (2007). Atlas forestal de Castilla y León. Junta de Castilla y León. Consejería de Medio Ambiente. Valladolid. 2 vols.: vol. I 388 p.; vol. II 492 p.

Madrigal, A. (2003). Ordenación de montes arbolados. ICONA. Organismo Autónomo Parques Nacionales. Madrid. 375 pp.

Rodríguez, R., Serrada, R., Lucas, J.A, Alejano, R., del Río, M., Torres, E., Cantero, A. (2008). Selvicultura de Pinus pinaster Ait. subsp. Mesogeensis Fieschi & Gaussen. En: Serrada, R., Montero. G. Reque, J.A. (Eds), Compendio de selvicultura aplicada en España. INIA. Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid (pp. 399-430).

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